Esta apacible población se llama también la Ciudad Rosada, por el color con que pintan todas las casas usando una arcilla especial (Chocorosi) que abunda en la zona. Al pasear por sus calles nos sentiremos transportados a los primeros años de la república y apreciaremos sus varios monumentos.

La ciudad ofrece atractivos interesantes. El primero, es un templo erigido bajo la advocación de Santiago Apóstol con clara influencia renacentista y cuya edificación data de 1678. 

El conjunto arquitectónico ocupa una manzana y está edificado en piedra argamasada, con tallas en sus ingresos, lateral y principal, ubicándose la torre del campanario en espacio separado. Los techos de la nave central de dos aguas, rematan con luminosas tejas vidriadas y el atrio está contorneado por pilastras de piedra labrada. 

En una cripta adyacente al templo, existe una pequeña capilla levantada sobre un osario y donde bajo un templete coronado por una réplica en bronce de la famosa talla de La Piedad de Miguel Angel, reposan los restos del benefactor de la ciudad Ing. Enrique Torres Belón. La fiesta patronal del pueblo es el 8 de diciembre en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción, cuya imagen muy venerada se guarda en el templo, la cual es sacada en procesión en una litera de plata celosamente guardada por la cofradía de los Vicuñas de la Inmaculada.

Del mismo modo y muy cerca al pueblo, se cuenta con la cueva de Loncera en la misma que se aprecian restos de pintura rupestre.